¿Recordar un par de objetos? Fácil.
¿Recordar QUIÉN te regaló QUÉ mientras te siguen pasando cosas por delante? Eh... ¡no tanto!
En Eso No Es Un Sombrero, todos los jugadores se hacen regalos entre sí, pero no todos recuerdan bien lo que hay dentro del paquetito. Ahí es donde empieza la magia: o te la jugás con la memoria, o ponés cara de póker y tratás de zafar con una buena mentira.
En tu turno, le hacés un “regalo” a otro jugador (es decir, le das una carta boca abajo).
Ese jugador puede aceptar el regalo, o devolvértelo si sospecha que lo estás engrupiendo.
Si tenía razón, zafó. Si no… penalización.
Gana el que tenga menos puntos de penalización al final.
Jugar después de cenar, antes de que el cerebro entre en modo siesta
Reuniones donde querés reírte sin pensar mucho
Grupos de gente que se disfrutan tanto como se traicionan.
Parece fácil pero es very dificul, máxima concentración.
